Continúa el desalojo del barrio ubicado en Costanera Sur, lindante con la Reserva ecológica. Los vecinos vienen siendo presionados por funcionarios del gobierno de la ciudad para abandonar sus viviendas. Muchos están en el lugar hace más de diez años, cuando vivir en esa zona no era rentable. Pero hace varios años con el resurgimiento de Puerto Madero los están intentando desalojar. El Gobierno de la Ciudad pretende desalojar el asentamiento por presiones del grupo IRSA, que a su vez, quiere construir en el terreno el primer barrio cerrado de la Capital Federal. Los cheques que recibieron los vecinos que decidieron retirarse del barrio, provenían del grupo IRSA. Al llegar al barrio se acercan los vecinos a preguntar como sigue la situación. El Gobierno de la Ciudad llega con sus camionetas y presiona a los vecinos diciéndoles que si no se van por las buenas, se van a tener que ir por las malas y sin cobrar un peso. Algunos de los vecinos que se fueron tuvieron que volver a sus provincias o sus países natales por no contar con otro lugar donde quedarse. Y el dinero que les dan no les alcanza para poder alquilar un lugar donde vivir. Por otra parte varios delegados vecinales fueron sobornados con 30 mil pesos para que abandonaran el lugar y la defensa de los pobladores. Otro sistema que implementaron para asustar a los vecinos fue instalar una garita policial en la entrada del barrio con una reja que se cierra a las doce de la noche y no deja pasar a nadie. Esto además de ser una clara intimidación, los perjudica ya que muchos vuelven de trabajar más tarde que el horario de cierre de la reja y se las tienen que ingeniar de alguna forma para poder llegar hasta sus viviendas. Los funcionarios del Gobierno de la Ciudad se ponen nerviosos y nos patotean al ser fotografiados mientras presionan a los vecinos; quieren que nos identifiquemos porque podemos ser de los servicios (sic). Mientras los obreros del GCBA siguen tirando abajo viviendas.

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