Durante muchos años, los estudiantes vienen peleando por tener un espacio físico digno y sus buenas condiciones, para funcionar correctamente, pero eso lamentablemente nunca se logró. Techos agujereados, paredes con el revoque despedazado y suelos remendados marcan la pauta del sitio donde estudian. Ello, por no agregar las disfunciones en las instalaciones eléctricas, las cuales llegan a electrificar las paredes durante los días de lluvia, y las instalaciones de agua y drenaje, cuyo mal funcionamiento los priva de agua corriente o provocan taponamientos en las cloacas. En algunas ocasiones hasta los mismos alumnos se han puesto a refaccionar el edificio, ya sea pintándolo, haciendo instalaciones eléctricas o arreglando puertas y ventanas, pero esa no es nuestra función.

El año pasado, llegó la noticia de que el conservatorio se mudaría, lo cual habia sido recibido con optimismo. Sin embargo supuestos "problemas administrativos", impidieron la finalización de las obras y la posibilidad de ocupación de ese nuevo edificio. Para colmo de males, la municipalidad, desentendiéndose de su responsabilidad con respecto al pago de los edificios, no tiene intención de seguir pagando el alquiler de la sede actual a partir del próximo año (2007).

Como se viene manifestando ultimamente, esta problemática no es un hecho aislado en la educación pública, en donde la educación artística parece ocupar uno de los últimos escalones. Son muchos los conservatorios y escuelas de arte que carecen de edificios própios o cuyas condiciones se encuentran en un estado de total abandono.

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