Por Inventario 22
En una sentencia unánime, el tribunal revocó la prohibición de que se le practique un aborto que regía para hospitales públicos y sanatorios privados, le devolvió la guarda de la adolescente a su madrey le quitó a la vez la tutela del feto al Consejo Provincial del Menor. Iniciarían acciones civiles y penales contra el padre biológico de la joven, por incumplimiento en los deberes de asistencia familiar por sus cuatro hijos durante dieciséis años. De esta forma, hizo lugar a la apelación del defensor oficial que representa a la mamá en los tres puntos planteados por el letrado y en menos de 48 horas desarmó el andamiaje legal montado por la defensora del no nacido Marcela Piterson y la jueza de Menores de Paraná Claudia Salomón, para bloquear el acceso al aborto no punible que reclama la mujer.
MFC dejó el Hospital Materno Infantil San Roque, de Paraná, donde permaneció internada desde el lunes por disposición del Consejo Provincial de Menor, y regresó a su casa, en el humilde barrio Humito, de la mano de su mamá. Fue recibida por sus hermanitos: con ella viven siete de los diez que tiene. “Está contenta de volver con nosotros. Volvió a reír”, contó anoche su mamá, Marta Gauna, al dar detalles de la resolución judicial. “Pero todavía falta que se haga lo que yo pedí”, destacó la mujer, en referencia a la interrupción del embarazo que lleva su hija, producto de un abuso sexual. Ver articulo completo
¡ALERTA! Un ginecólogo, un profesor… también puede ser un violador
Por Anred
A mediados de marzo del 2006, en el Centro de Educación Media Nº
72 de Cinco Saltos, una pequeña ciudad ubicada en el Alto Valle de la
provincia de Río Negro, una adolescente sale corriendo y llorando de
la clase de biología de cuarto año. Nadie se explica por qué,
el "profesor" sólo había dicho
una de sus tan acostumbradas bromas en el tono jocoso y de confianza con el
que solía hablarles a sus estudiantes: para dar ejemplos de lo que pretendía
"enseñar", comenta para eso "necesitaríamos
un cuerpo" y señalando a la adolescente agrega: "a
ver vos, pasá al frente y desnudate".
Para J, el "chiste" fue el desencadenante de su angustia e impotencia, frente al dolor y la humillación logró liberar el secreto impuesto por el miedo y la violencia: el profesor de biología, reconocido ginécólogo de Cinco Saltos, en una visita a su consultorio, promovida desde las clases que dictaba en la escuela secundaria, LA HABÍA VIOLADO. Su confidente fue la profesora Silvia Rovella, quien la escuchó, la contuvo pero también asumiendo la responsabilidad que le cabe como docente, la animó a denunciar el hecho. La denuncia activó también el penoso proceso que deben soportar las víctimas de violaciones. Si una violación es un hecho grave, horrendo, violento y salvaje; denunciarla se convierte, para la víctima, en una nueva agonía, un calvario indescriptible. Las víctimas de violación están desprotegidas, quien denuncia una violación debe someterse a la sospecha permanente, a las preguntas capciosas, a la desconfianza. J no fue la excepción, salvo la actitud de la profesora Silvia Rovella. Para las autoridades de la escuela y del consejo provincial de educación, el "hecho había pasado puertas afuera" del establecimiento y se debía encargar la justicia. Articulo Completo