Fue el octavo año consecutivo del Encuentro Nacional de Murgas, que arrancó como una simple invitación de una joven murga del oeste santafesino: Sincaretas de Suardi, que se propuso invitar a otras murgas para poder intercambiar experiencias. Entre los ejes principales que se debatieron en las asambleas se destaca la lucha por el feriado nacional de carnaval, corsos gratuitos y populares en todos los barrios del país, y el compromiso social de las murgas y los murgueros, como militantes barriales. Todo desde la autogestión y con relaciones de horizontalidad entre sus integrantes.
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