19 de diciembre. Se quedaron todos. Y se los ve rozagantes, pletóricos de salud, aferrados con uñas y dientes a sus sillones y sus negocios. El congreso de la nación, los ministerios, las administraciones provinciales (ni que hablar de las municipales) siguen siendo un muestrario de lo peor que tiene para ofrecernos esta democracia de hambre y corruptelas que tan bien supimos ganar, el destino que la barbarie capitalista tiene reservado para nuestra gente y nuestra tierra.

Nadie les cree nada, pero ahí están, discurseando y amenazando, mostrándonos la mejor sonrisa de afiche publicitario mientras continúan sus planes de entrega y opresión. Y ahí están también las asambleas populares. Debilitadas y maltrechas, pero todavía vivas. Divididas por cuestiones muy similares a las que dividen al resto de los sectores en lucha y atravesadas por polémicas feroces (a veces muy enriquecedoras, a veces sólo feroces), las asambleas se preparan para rememorar, de distintas maneras, la gesta del 19 y 20 que las dió a luz. Pero no es sólo nostalgia: las asambleas vuelven a afirmar su compromiso de lucha y trabajo y su incondicional solidaridad con lxs más postergadxs. En un acto, en otro o en ambos, junto a los familiares y amigos de los asesinados por el estado el 20 de diciembre de 2001, en la plaza, en la calle, en la lucha.

HOY, MÁS QUE NUNCA: PIQUETE Y CACEROLA, LA LUCHA ES UNA SOLA.

Comienza la polémica: Primer comunicado de las asambleas reunidas en Palermo Viejo. Segundo comunicado

Polémica en el seno de Autónomas. Comunicado.

Las asambleas se pronuncian: asamblea de Liniers + asamblea de Núñez + asamblea de Almagro + asamblea de Villa Urquiza + asamblea de Juan B. Justo y Corrientes + asamblea Plaza Rodríguez Peña + asamblea del Cid Campeador + asamblea de Parque Chacabuco-Goyena y Puán