El Consejo del Salario, integrado por el Gobierno nacional, las
centrales sindicales aliadas al kirchnerismo y las principales cámaras
empresarias, dió a conocer ayer un nuevo valor para el salario mínimo.
El acuerdo alcanzado consiste en un aumento escalonado del 31% en
el salario mínimo, vital y móvil, parámetro similar al promedio
de recomposición de la última ronda de paritarias pero bastante
por debajo de la inflación proyectada por las consultoras privadas
para este año, por encima del 35%. Según el acuerdo, a partir de
septiembre el sueldo mínimo subirá un 22,4% con lo que pasará de
los actuales $ 3.600 a $ 4.400, en tanto que el tramo final del
aumento (8,6%) se aplicará desde enero, cuando el piso salarial
trepará a $ 4.716.
Desde la Federación de obreros aceiteros y desmotadores,
plantearon: el Salario Mínimo, Vital y Móvil debe fijarse
al principio de la negociación salarial, antes y no después del
inicio de las paritarias anuales, marcando la pauta del piso salarial
que debe percibir un trabajador. A diferencia de esto, hoy lo único
que hace el Consejo es limitarse a consagrar un valor arbitrario,
en este caso, el porcentaje establecido como pauta de la política
salarial por el gobierno nacional al inicio, y lamentablemente consentido
luego en las principales paritarias.
El comunicado continúa cuestionando: Hoy fijan un
salario en $4.400; debieran ser ellos, desde las patronales a los
dirigentes sindicales y el Estado, los encargados de explicarles
a los trabajadores que perciben ese salario mínimo, de cuáles de
las necesidades que garantiza la definición del Salario Mínimo Vital
y Móvil deben prescindir: ¿la educación de sus hijos?, ¿alimentación
adecuada?, ¿una vivienda digna?, ¿vestimenta?; ¿qué es lo que debemos
privarles a nuestras familias?.
Leer
más | artículos de Elizabeth Peger (Cronista),
Carlos Galván y Ricardo Carpena (Clarín)
Ante
la determinación tomada por el Consejo del Salario |
por Prensa F.T.C.I.O.D y A.R.A.
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