Durante la tarde del sábado se desarrolló en Mar del Plata una multitudinaria marcha de repudio a la decisión de la Justicia de otorgar prisión domiciliaria al genocida Miguel Etchecolatz, en una finca de su propiedad en el Bosque Peralta Ramos de esa ciudad costera, en el marco de la política del gobierno nacional -operativizada por la justicia- de enviar a los genocidas a sus casas con tobilleras electrónicas. En muchos casos, también se están dando prisiones condicionales, lo que directamente implica libertad ambulatoria, con control de la tobillera electrónica, que podrá marcar lugares donde los genocidas están, pero no con quién se reúnen ni qué planean. Cobertura de Resumen Latinoamericano / La Retaguardia / ANRed.
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