El martes 7 de diciembre la escuela bilingüe qom-español Cacique Taigoyé del barrio toba de Travesía y Almafuerte culminó el primer ciclo lectivo en su nuevo edificio con una experiencia innovadora. Dos maestras impulsaron el proyecto de cerrar el año con una actividad que terminó transformando las relaciones entre sus alumnos: un circo.

"Buenos días señores y señoras...éste es el Circo de la Risa" comenzó la fiesta, con el rimbombante anuncio del presentador de galera y bigotes espiralados, ante un público de no más de un metro y yapa de altura. Lejos de un acto escolar con próceres de Billiken, se trató de un verdadero trabajo de compañía teatral que contó con la participación activa de los chicos. Fue una creación conjunta que los puso en la piel de artistas. La preparación del espectáculo implicó una labor integral: incluyó la valoración de la estética, el manejo de textos, la elección de la música, la expresión corporal y la improvisación. Ellos mismos eligieron los roles según las peculiaridades de cada uno. El presentador no podía ser sino el más histriónico y al más chistoso le tocó ser el payaso.

Este tipo de actividad arrastra un cuestionamiento más profundo a la lógica institucional y de trabajo en las escuelas, que promueve la homogenización antes que el reconocimiento de la diversidad. Hormas arraigadas que las maestras Eliana Torres y Patricia Pognante han logrado quebrar: “es un problema de la escuela, histórico, institucional, eso que es lo mismo para todos, la misma cosa para todos, y todos se tienen que bancar lo mismo, pero a lo mejor es la misma actividad pero pueden ser distintas cosas. La diferencia es la que suma. Y si eso no lo aprendemos en una escuela que se supone que tiene que hacer interculturalidad, no se dónde es posible aprender”, argumentan. [Leer informe completo con fotos]

Artículo complementario:
Una escuela con lugar para mucho más que una bandera 15/03/2004