Canal 7 nos toma por idiotas
Por exequiel fernandez moreno - Saturday, Dec. 06, 2003 at 1:25 AM
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Culminael ciclo Libertad de Opinon,un programejo que ha venido reflejando losinterese del grupo Ick y que en esta temporada se constituyo en lamayor operacion de prensa para evitar la intervencion federal y salvar a Gustavo Ick del crimen de Leyla

PARA CANAL 7 TODOS SOMOS IDIOTAS


Llegó diciembre y -como es habitual, en religiosa obediencia a este imperativo mediático- todos los ciclos televisivos tocan a su fin. Las realizaciones locales no son ajenas a este mandato y -afortunadamente para quienes detestamos la television basura- tambien los mamarrachos que aquí se “producen” llegan a su culminación. Como no podía ser de otra forma, cada ciclo finaliza con un puntaje muy pobre que no es sino el reflejo de la mediocridad exhibida y el lógico resultado de la atrevida incursión de una gran cantidad de ineptos e improvisados que -últimamente y en desmedro de profesionales de la comunicación o de personas intelectual y culturalmente aptas para desempeñarla- invadieron emisoras de radio y television.
No obstante esta lamentable chatura que impúdicamente exhiben los medios locales, hubo una producción que consiguió destacarse aunque no precisamente por sus méritos periodísticos, técnicos o artísticos sino por haber respondido fielmente a una estrategia comunicacional destinada a embaucar a gran parte del incauto público santiagueño. Nos referimos concretamente al ciclo aparatosamente -(y cínicamente)- denominado Libertad de Opinion una realización televisiva cuidadosamente planificada, sistemáticamente estructurada y logísticamente respaldada por un estudiado marketing. Tanto cuidado no obedecía a un exagerado celo profesional sino a que esta miniserie tenía que responder –como lo hizo siempre y ahora mas que nunca- a los supremos intereses de los dueños del canal emisor que sin el mas mínimo error, estaban obligados a lograr dos objetivos.
Uno de ellos era evitar, a cualquier precio, una intervencion federal que, ineludiblemente, hubiera puesto al descubierto la oscura y nefasta sociedad (Nestor) Ick- (Gustavo) Ick & (Carlos) Juarez- (Marina Aragonés de) Juarez. El otro objetivo -el mas caro, quizas- era impedir que las investigaciones apuntaran al licenciado Gustavo Ick a quien gran parte de la sociedad santiagueña señala como el autor –junto a su valet Xavier Ferrera Peña- de haber sobredosificado a Leyla Bashier Nazar en su fiesta personal del ahora tristemente famoso Piso 12 del hotel Carlos V, lujoso escenario donde el hijo preferido del “empresario” y un selecto grupo de amigos acostumbra celebrar sus orgias desestresantes.
Obedeciendo a estos dos imperativos, los productores de Libertad de Opinion le imprimieron al ciclo 2003 un formato reality show cuya particularidad fue la participación casi exclusiva de profesionales del derecho que, como abogados, resultaron excelentes actores, unos y ridículos payasos, otros. Con esta característica y otros ingredientes efectistas, en los hechos, Canal 7 concretó la mas grande operación de prensa jamás montada en esta aldea.
A pesar de toda esta ingeniería mediática, los resultados no fueron muy satisfactorios porque, como consecuencia de los últimos acontecimientos, la sociedad santiagueña parece haber despertado de su letargo, desarrollado su sensibilidad y -después de muchos años- haberse decidido a expresar su contenida indignación. Dicho de otro modo, los santiagueños parecen dispuestos a recuperar su pisoteada dignidad, a abandonar su exasperante mansedumbre, a vencer sus miedos y a asumir sus problemas desechando la chismografía barata e inconducente. Este fenómeno esperanzador parece haber permitido que mucha gente advirtiera el manipuleo de la información que el canal local sistemática y diariamente realizaba (y realiza) sobre los asesinatos que truncaron la vida de dos jóvenes mujeres, víctimas del submundo de la droga, el alcohol y el sexo, sitio preferido de los hijos del poder económico y político de Santiago del Estero.
Una vez mas, este año el engendro televisivo Libertad de Opinión tuvo como moderador al desagradable, verborrágico y empalagoso Rogelio “Chirolita” Llapur, otrora excelente relator deportivo hoy convertido en un periodista(?) sicario que fielmente interpreta los libretos que le escriben en las oficinas de Andes y Córdoba o en el estudio jurídico de Yrigoyen al 600. Sin temor a equivocarnos podemos afirmar que esta temporada y respondiendo a exigencias patronales, Llapur puso el máximo empeño para aparecer convincente pero su mala imagen fisica y moral no lo ayudan; es irremediablemente feo y carga con un oscuro pasado que éticamente lo inhabilita. No obstante ello es descarado y se atreve: en cada edición del programa engola la voz, toma la apostura de un catedrático y con ritmo de radio desgrana largos, rebuscados y sobreactuados parlamentos que en lugar de convencer a la audiencia termina por despertar su desconfianza y sospechas.
Una última consideración: Libertad de Opinión no hubiera sido posible (y los santiagueños nos hubieramos privado de semejante aporte) sin la participacion publicitaria de Edese; Tarjeta Sol; Banco Santiago del Estero; Hamburgo (y demás empresas del grupo Ick) a las que le interesa el engrandecimiento de esta Madre de Ciudades y el bienestar y la prosperidad de sus habitantes.


Diciembre del 2003

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