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COTAR sigue despidiendo trabajadores
Por Indymedia Rosario -
Thursday, Jul. 24, 2014 at 3:21 PM
rosario@indymedia.org
En la mañana de hoy, trabajadores de la Cooperativa de Tamberos de la Zona de Rosario Ltda (COTAR), se manifestaron frente a la sede de la planta, en Humberto Primo y Don Bosco, por el despido de uno de los representantes de los trabajadores. Gustavo Barrientos lleva 13 años en la firma, que depende de SanCor y es uno de los integrantes de la Comisión de Seguimiento establecida por la justicia, que en este período tenía actividades suspendidas por un una apelación de la empresa a su existencia, denegada por la Cámara. Clima de persecución con viejos conocidos en gerenciar despidos, y una fábrica que redujo en 4 años un 50% el personal, despidió a los delegados y se hace de contratados para rebajar salarios.
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“Cotar tiene un problema por ser una empresa concursada, que de no ser por los trabajadores y el Ministerio, estaría quebrada. Desde 2008 intervenimos en la comisión de seguimiento, creada hace 4 años por el juez para evaluar el progreso de la situación de la firma, hay fallos judiciales, resoluciones ministeriales, etcétera. Yo me constituí participando en esa comisión como un representante de hecho, tengo varias firmas en diversas instancias. Eso hace que la empresa desarrolle sobre mi y otros compañeros una persecución constante”, cuenta Barrientos.
Hace mucho frío frente a la planta de Cotar y los laburantes preparan el mate y se colocan frente al ingreso peatonal a la planta, sin impedir que nadie entre o salga. Entre los que permanecen apoyando al despedido, están los compañeros que siguen a duras penas trabajando en medio de un clima de persecución interna que incluye cámaras, ‘seguidores personalizados’ y castigos irrisorios, por ejemplo, por marcar tarjeta a las 13.59hs, cuando debía hacerlo a las 14hs. También están algunos de los delegados despedidos en este largo desguace, hoy cuentapropistas precarizados y quienes se jubilaron de una vez tras pasar 6 años literalmente condenados por la empresa haciendo nada ocho horas diarias, un conocido mecanismo de desgaste.
La lucha de Cotar se remonta a inicios de este siglo. Pero los últimos 6 años fueron los más virulentos. A las irregularidades en materia de seguridad, aportes, pago de salarios, se sumó una feroz embestida a los trabajadores. Esto enmarcado en un acuerdo catalogado como “leonino”, por el cual SanCor se hace de Cotar y la lleva a una situación límite, y del ataque sindical de la conducción nacional de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA) a la combativa seccional local. Ataque que tuvo su máxima expresión en el desembarco de la dirigencia nacional el 3 de diciembre de 2008, que terminó con un muerto y múltiples heridos, y en la saña que el gremio dirigido por Héctor Ponce en sociedad con SanCor volcó sobre los trabajadores afines a la seccional Rosario.
Solo para mencionar algunos efectos de la saña: el largo conflicto de los obreros de SanCor atacados y despedidos en 2010 previo al traslado del estratégico centro de distribución Rosario, la pérdida de 150 puestos laborales en COTAR, el remate de su planta en Totoras el desplazamiento de los delegados abandonados a su suerte por el gremio, todo, forma parte de esta sociedad entre gremio y empresa que contó por supuesto con anuencia de algunos estamentos estratégicos del estado. Esto sin ahondar en la intervención y disolución de la seccional local, cuyos representados pasaron a depender de El Trebol, a 250km de distancia. Un abandono gremial que resulta a la luz de los acontecimientos, un empujoncito al vacío.
El sol va calentando de a poco, pasan varios medios que registran el reclamo, pero no, el frío no afloja. Barrientos, que lleva 13 años en Cotar relata que cada 2 años cambian de gerentes. Pero esta última gestión colocó cámaras internas, vigilancia constante, a modo de ejercer presión sobre los trabajadores. La nueva gerencia encabezada por O´Donnel y Vanegas, “sorprende con el método de intimidar a tres compañeros con fuerzas policiales para que sean testigos de la acusación que se me hacía a mÍ. La participación de estas fuerzas en conflicto dentro de una fábrica es una clara violación de los derechos humanos”, consideró el obrero despedido.
Mecánicas persecutorias
“Hace cuatro meses que me vienen siguiendo y usan un problema técnico para echarme. Tienen una caldera funcionando que no pasa las inspecciones anuales que la EPE le tiene que hacer. Eso hace peligroso el lugar. Los trabajadores colaboramos para que la máquina funcione y me acusan por supuestamente estar durmiendo 20 minutos en mi zona, acusando de que eso produciría una explosión. Mi función no es estar en la caldera, sino que tenemos que entrar y salir. Ya despidieron dos compañeros por lo mismo antes, pero antes los apercibieron. Uno era un miembro del sindicato, y otro un contratado. A mi directamente me despidieron y en mi legajo no hay sanción previa”, narró Barrientos.
La dinámica de control y persecución iniciada con las cámaras de seguridad al interior de la firma, se reflejaba también, en seguimientos personalizados a algunos obreros. Una anécdota escalofriante surge en la charla: “a un compañero y a mí nos han confinado en un espacio, en el sector de calderas, nos han tenido en verano dos meses a 45° de calor y si salíamos nos perseguían. Lo más gracioso es que pusieron un bidón de agua para que no salgamos”.
El Ministerio de Trabajo de Santa Fe fue anoticiado del despido, mediante una comunicación con Nora Ramírez, funcionaria que viene siguiendo el tema Cotar. El paso que sigue si no hay respuestas, es el paro general.
Después de tantos años de intervención de organismos estatales, no se explica cómo Cotar no ha realizado las reformas estructurales para evitar problemas de gravedad, cómo puede incrementar su personal contratado mientras despide representantes de hecho y cómo ha ‘tomado prestado del sueldo de los trabajadores’ durante varios años algunas sumas extras en concepto, por ejemplo, de impuesto a las ganancias no rendido a AFIP.
El objetivo de la empresa mediante operadores cambiantes en las gerencias estuvo claro desde un comienzo: tener sólo 50 trabajadores y bajar el 30% de los sueldos. De 250 a 120 obreros en cuatro años y suman contratados. La tarea parece estar bien encaminada. “El plan es sacar a todos los trabajadores viejos y trabajar con contratados, con medio sueldo del que corresponde y pagándole por fuera de convenio”, afirmó Oscar Acosta, histórico referente de los obreros de COTAR.
“El Chaza” fue uno de los delegados que encabezó el conflicto por el año 2010. Hace dos años fue despedido y no obstante esta mañana estuvo acompañando a sus compañeros. “Seguro que esto es parte del camino de mi propio despido, las maniobras de Sancor y Atilra a través de COTAR continúan”, afirmó. Tras 14 años de laburar en la firma láctea, no fue fácil sobreponerse: “no se consigue trabajo y menos con la referencia que pueden dar en el lugar que más tiempo he trabajado. Lo hago por cuenta propia y hay momentos muy difíciles, sobre todo teniendo familia. No quiero que a los compañeros les pase lo que me pasó a mí”, aseguró Chaza.
Vigilantes
“Tiene que aceptar el despido”, dijo escondido tras la reja Fabian Magioni, alias Calabaza, referente del sector de ATILRA Nacional en COTAR y miembro de la Comisión Directiva de Seccional El Trébol. (Ver secuencia fotográfica debajo)
Se ve un reflejo desde la ventana donde están las oficinas principales, un muchacho de pocas agallas se esconde tras una cortina blanca mientras saca fotos, lo hace por largo rato. Dicen los lecheros que quien maneja el foco es el actual jefe de personal, Cristian Vanegas.
Llega una escribana sin mucho para constatar, dado que no hay impedimento alguno a las tareas cotidianas de la planta. Un camión de Sancor se lleva lo producido por COTAR y se acerca un móvil policial. “Son los de la octava, vienen siempre. Con ellos fue que quisieron apretar a los compañeros para que declaren en contra de Barrientos”, comentan entre capuchas, cuelleras y camperas gruesas los lecheros. En efecto, baja el oficial. Entra a la planta, va hacia el mismo sector de donde se están sacando fotos. Al salir se da la siguiente conversación, que vale la pena compartir para cerrar la nota:
- (( i )) Oficial, buen día, somos de Indymedia Rosario, ¿es usted de la Comisaría 8°?
- Sí, sí
- (( i )) ¿Por qué motivo ha sido convocado a la planta?
- No sé qué paso acá ¿ustedes están acá por algo en especial? Yo venía por otra cosa. De todas maneras, ¿qué pensaban hacer ustedes? ¿va a haber asamblea?
- (Obreros) Estamos acá pacíficamente por un despido
- (Oficial) Mientras respeten a los demás no hay problema… Tengan cuidado viste… porque tiraron un par de bombas de estruendo ¿puede ser algo de eso?
(NdR: Vale aclarar que hubo dos bombas de estruendo, detonadas rato antes de la llegada del agente)
- Solamente ejercemos el derecho constitucional que nos corresponde
- Ejercé lo que quieras, pero tené cuidado y no lastimes a nadie… no se lastimen ustedes tampoco porque las bombas de estruendo tienen una onda expansiva muy grande. No sea cosa que le dé en un ojo a alguno. Nunca pasó nada, pero puede pasar
- Pero nosotros estamos tranquilos, seguro…
- Pero acá hay cosas, es una cooperativa ¿cómo es?
- El gremio acordó con SanCor, que es dueño de esta cooperativa
- Mirá vos che…
La conversación prosiguió y posteriormente se retiró en el móvil 5445. Los obreros permanecen a la espera de respuestas, si no irán al paro general la semana entrante exigiendo la reincorporación.
El Frente de COTAR
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Llegada del móvil policial
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El oficial sube a las oficinas de COTAR
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'Calabaza' recomienda aceptar el despido
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Fotógrafo en las alturas
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Fotógrafo en las alturas, con gorra blanca
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Los trabajadores en conflicto
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"Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas..."
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El policía que llegó a COTAR en el móvil
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