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Chateaubriand: telegramas en lugar de reapertura
Por Indymedia Rosario -
Wednesday, Feb. 01, 2017 at 10:41 PM
rosario@indymedia.org
En la mañana del día que el empresario Aldo Muscolini se había comprometido a reabrir la fábrica de quesos de Carmen, quince de los diecisiete empleados recibieron telegramas de despido. La patronal aduce ‘justa causa’ por el acampe definido como “ocupación ilegítima de nuestro establecimiento industrial”. Además pese a que la ocupación se dio tras el cierre informado por el propio dueño, se acusa a los trabajadores de impedir el ingreso de camiones y por ende la fabricación y comercialización.
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Llegó el día de la verdad para los 17 obreros lácteos de Carmen, al sur de Santa Fe. Tras prometer la reapertura el 1° de febrero, lo que llegaron fueron telegramas. A 15 de los empleados se los dice despedir con justa causa y a otros dos se los deja en una suerte de limbo. Sucede que los ‘no despedidos’ son el delegado y un integrante de la comisión directiva del Sindicato Atilra, que pueden esgrimir fueros gremiales para evitar la medida. Igual, con la fábrica cerrada no tienen donde presentarse a cumplir tareas.
La notificación firmada por Lácteos Chateaubriand indica que los echados han tenido una “conducta contraria al principio de la buena fe”, por “ocupar de manera ilegítima nuestro establecimiento industrial”. Pese a que Muscolini había cortado el ingreso de materias primas en la última semana de diciembre, antes de notificar el cierre por un mes a sus empleados, los acusa de impedir “el ingreso de camiones que transportan leche, el ingreso de los directores de la empresa, la fabricación y comercialización de los productos, colocándolos en situación de cesación de pagos”.
“No sé donde está la justa causa, dice que le acampamos en la empresa. En el Ministerio de Trabajo el procedimiento de crisis se lo dieron de baja y si no entra leche es porque él no la trae. Él fue el que dijo el 30 de diciembre que la planta cerraba por 30 días. Y los quesos y el camión que no puede sacar son las garantías para cobrar enero. Nosotros somos los que desde el primer día decimos que queremos la reapertura ya y la materia prima para trabajar”, expresó indignado Sebastián Salas, trabajador de Chateaubriand.
La argumentación patronal es prácticamente una provocación dado que la empresa, según denuncian los empleados, fue vaciada por su dueño quien dejó ir a los tamberos más importantes y disminuyó el ingreso de leche. Además, el motivo por el que se los despide cae en el propio documento firmado por Muscolini el 30 de diciembre donde avisa a los empleados el cierre del establecimiento hasta el 1° de febrero. A menos que le fuera posible producir en enero, sin trabajadores y con la fábrica cerrada, la argumentación carece de lógica. A eso se suma que el conflicto fue tratado en sucesivas audiencias en el Ministerio de Trabajo de la Provincia, donde hubo acuerdos que este accionar da por tierra.
¿Sin deudas?
Como mal presagio el 30 de enero Muscolini había llegado a la planta con una escribana y uno de sus hijos para llevarse la mercadería que permanece dentro de la fábrica, que por acuerdo en la cartera de Trabajo era garantía de los trabajadores para cobrar el mes de enero. Lo hizo de manera agresiva, provocando a los empleados que llevaban un mes de acampe. No logró la respuesta violenta y finalmente fue invitado a irse por la policía local. No obstante esa garantía para cobrar los salarios, en los telegramas se afirmó que “no adeudamos salario ni otro rubro laboral”. Algo irrisorio si se toma en cuenta que además de los sueldos de enero, está la denunciada deuda con AFIP por cargas sociales que asciende a $2.000.000 y con la obra social sindical por $5.000.000. Sumas que debitó del sueldo de sus empleados y nunca depositó.
“El sueldo de enero queda en una nebulosa con esta carta documento, Muscolini tiene plazo hasta el cuarto día hábil de febrero para depositar. Si bien anteriormente en el Ministerio le marcaron que debía hacerse cargo, en la carta documento dice que no te debe nada”, contó Salas. Por eso, de cara a una insoslayable intervención del área ministerial pidió al Ministerio de Trabajo de Santa Fe “que vuelva a interceder con la intensidad de su momento cuando destrabaron el cobro de diciembre y aguinaldo” (en referencia a la audiencia del 17 de enero).
Consultado sobre qué sensaciones atraviesan a este joven padre que lleva 14 años trabajando en el establecimiento, Salas respondió “da mucha bronca que este tipo se maneje con tanta impunidad”. Según contó, el sentimiento fue compartido por las autoridades políticas de la zona que participaron activamente del conflicto.
En la asamblea realizada esta tarde, los lecheros definieron “seguir con la medida, nos guardamos los derechos de acción, seguimos frente a la fábrica reclamando lo que es nuestro y viendo si podemos ir otra vez al Ministerio de Trabajo para encontrar una respuesta definitiva. Si argumenta que la fábrica le da pérdida, que la venda. Supuestamente hay un interesado pero no sabemos más nada. Eso argumentó Muscolini en el Ministerio pero hoy manda los telegramas”.
Vaciamiento
A 35 kilómetros de Venado Tuerto, ingresando a la localidad de Carmen, se encuentra la fábrica Chateaubriand. Empezó en 1997 fabricando leche fluida y en 2001 se volcó a la producción de quesos duros, semiduros, blandos y ricota. Además, vende crema y suero. Emplea 17 trabajadores, que para una localidad de 1800 personas (según censo 2010) es una fuente de empleo y actividad indirecta importante. Para dimensionar, es como una fábrica con 9100 empleados (el 0,94% de la población) en Rosario.
En las mejores épocas se procesaban entre 25 y 30 mil litros de leche, que equivalen a mil hormas de queso diario. Los salarios de los trabajadores se pagaban sólo con la venta de crema. En un cálculo al boleo, una buena carga rondaba los 400 o 500 mil pesos y en esos buenos tiempos se hacían dos o tres veces por semana.
Pese a estos números, hace dos años Aldo Muscolini empezó a pagar salarios en cuotas y a amasar una deuda que se calcula en dos millones de pesos ($2.000.000) por falta de pago de leyes sociales con AFIP (que no obstante les descontaba del sueldo) y alrededor de cinco millones de pesos ($5.000.000) con la obra social del sindicato ATILRA. Se suma, según denunciaron los empleados, la falta de los aportes jubilatorios correspondientes desde septiembre del 2014.
Aunque lo intentó, por falta de documentación pertinente y confiable, el Ministerio de Trabajo le negó a Muscolini los procedimientos preventivos de crisis. “Aún en caída y queriendo mostrar él una crisis, daba mucha rentabilidad, no se completaban los pedidos, siempre faltaba mercadería. La solución acá era más ingreso de leche. Dejó ir a los tamberos más importantes y no los quiso hacer volver”, recordó Salas. “A esta fábrica le metés leche y con los trabajadores adentro es altamente rentable, por eso queremos volver a trabajar los 17 y la materia prima para elaborar”, subrayó.
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La carta enviada el 30 de diciembre de 2016
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