Las ambigüedades con que el kirchnerismo afronta el proceso
de Memoria, Verdad y Justicia se van convirtiendo en cómplices paradojas.
Así lo confirman no sólo la designación del represor Cesar Milani
al frente del Ejército, sino el rol que este comienza a cumplir
en el proceso de Juicio y Castigo: como parte del reciente fallo
en por delitos de lesa humanidad en Bahía Blanca, el tribunal exhortó
al jefe del arma a que ponga a disposición de la justicia al coronel
retirado Carlos Alberto Arroyo, prófugo en la causa; lo que ubica
al amigo de Hebe Pastor de Bonafini en la curiosa tarea de ser juez
y parte del genocidio cometido en nuestro país. El 17 de diciembre
pasado, el Tribunal Oral Subrogante en lo Criminal Federal de Bahía
Blanca, integrado por los jueces Jorge Ferro, José Mario Tripputi
y Martín Bava, condenó a 7 represores del Batallón de Comunicaciones
181, de la Subzona 51 y del CCD La Escuelita, por su actuación en
dictadura en el Comando del Quinto Cuerpo del Ejército. El proceso
contempló 89 casos de secuestros, torturas y homicidios, y la supresión
de identidad de dos hijos de desaparecidas que los alumbraron en
cautiverio.
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comunicado Por HIJOS La Plata
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