En septiembre comenzó el juicio por la desaparición de Andrea López,
tras 10 años de búsqueda; y en este mismo mes, se cumple otro aniversario,
8 años, de la desaparición de Jorge Julio López.
López, es un apellido normal, común. Ni Andrea, ni Julio se conocían.
Ella vivía en Santa Rosa, La Pampa; él en La Plata, Bs As. Sólo
tienen en común el apellido, su condición de desaparecidos en democracia,
la negligencia de la justicia y el encubrimiento de ciertas áreas
policiales. En los dos casos, las fuerzas de seguridad ocultaron
y tergiversaron pruebas. Proxenetas y genocidas, resguardados.
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más | por Paula Inchaurraga
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