Silenciarte. Censurarte. Que de una u otra manera, vos
no digas, vos no veas, vos no escuches. Que no te enteres. Que no te cuenten.
Que te calles.
La mano que desde el poder le tapa la boca al periodista,
tapa los oídos y ojos de toda la sociedad. En esta realidad de corporaciones
cómplices con el poder político y del poder político cómplice de las corporaciones,
hay periodistas que, desde dentro de los medios de comunicación comerciales,
del estado o de contrainformación, trabajan día a día para informar. Detrás,
adelante y todo alrededor del alegre decorado de la primavera K, sigue habiendo
malas noticias y sigue habiendo quienes, a pesar de todo, las cuentan. Te las
cuentan. Y a esos, los quieren callar.
En Santa Fe, tres periodistas de la revista Tercer Mundo,
Pablo Benito, Luis Moro y Claudia Moreno, fueron detenidos el 31 de diciembre
en una inusual maniobra combinada entre Daniel Vidal, empresario de transporte
de la ciudad de Santa Fe, el Juez de instrucción de la ciudad capital Rubén
Saurín, el secretario de seguridad provincial Alejandro Rossi y las tropas de
operaciones especiales de la policía provincial. El secretario de seguridad
Rossi y el empresario Vidal habían sido denunciados en una investigación sobre
la mafia del transporte publicada en la última edición de la revista Tercer
Mundo. Bajo la acusación de una supuesta extorsión al empresario Vidal, los
periodistas Benito y Moro estuvieron seis días detenidos.
En Córdoba, la dirección de Radio Nacional Córdoba levantó
el 30 de diciembre a casi la totalidad de la programación. A los programas Los
Duendes, Córdoba a Tempo y La Voz de la Paz, por exigencias económicas de la
radio, y mucho más grave, a los programas A Rodar la Vida, Las peras del
olmo, La Torre de los Náufragos y Los Jardines del Edén por expresar al aire
su solidaridad con los trabajadores despedidos, en lo que constituye un acto
de censura lisa y llana.
En Santiago del Estero, nuestro compañero de Indymedia
y escritor Julio Carreras (h) junto a compañeros de varias organizaciones populares,
enfrenta una denuncia judicial por parte del empresario Néstor Ick. En esa provincia,
un reciente informe de la Asociación Periodistas indica que se vive "un
clima de intimidación e impunidad dominantes quienes realizan críticas al statu
quo provincial y denuncian violaciones a los derechos humanos son blanco de
agresiones, amenazas, hostigamiento, espionaje y persecución al punto de poner
en riesgo su vida".
En Villa La Angostura, Neuquén, el periodista radial Marcos
Rodríguez de "La mañana de FM Sur" fue agredido y amenazado de muerte
por el empresario turístico José Salamida (h). La razón de las amenazas se fundamente
en la cobertura periodística que Marcos Rodríguez brinda al conflicto que la
comunidad mapuche Paichil Antriao mantiene con el empresario Salamida, a quien
consideran usurpador de sus tierras.
En Rosario, por segunda vez en un mes el grupo Manzano-Vila
utilizó al periódico La Capital para difamar públicamente al dirigente gremial
de prensa Edgardo Carmona. Además, le iniciaron acciones judiciales y lo amenazaron
con desafuero y despido con causa. El texto publicado a página completa en La
Capital y firmado por Daniel Vila, ataca a Carmona a raíz de las declaraciones
de éste con relación al conflicto de los trabajadores de prensa de otro periódico
rosarino, El Ciudadano, que recientemente entró en
quiebra. El Sindicato de Prensa de Rosario denuncia que estos agravios responden
a una estrategia patronal que apunta contra todos los trabajadores de prensa.
En la Villa Turística de Paso de la Patria, Corrientes,
el camarógrafo Gustavo Aguirre y el periodista Heraldo Cruz del programa
"Futura TV" fueron salvajemente golpeados por varios sujetos, a los que identificaron
en la posterior denuncia como Juan Pablo Caminos, secretario privado e hijo
del intendente de la localidad, Ulises Caminos y Aníbal Canteros, jefe de personal
de esa Comuna.
En Merlo, provincia de Buenos Aires, periodistas de la
Radio Ciudad FM 91.1 vienen sufriendo una larguísima serie de atentados y persecuciones
por no alinearse con el intendente Othacehe. Los trabajadores de prensa han
debido contratar seguridad privada, y declararon en una carta abierta que "sólo
nos mantiene firmes el honrar la profesión de periodistas". Las denuncias por
persecusiones a la prensa son una constante en ese partido.
En Esquel, el periodista Pablo Quintana fue despedido
de su trabajo en el Diario El Chubut por su postura contraria al ingreso de
la empresa Meridian Gold, idea que Quintana comparte con el 85% de la ciudad.
En Flores, en Capital Federal, la periodista de la revista
barrial Multiflores fue amenazada por su cobertura de la preparación del escrache
contra el torturador Jorge Héctor Vidal. La periodista trabaj durante el año
pasado en desentrañar el caso conocido como "la masacre de Floresta".
En la localidad de las Varillas, provincia de Córdoba,
la periodista Adriana Rivero sufrió un atentado incendiario en su casa, que
por escaso margen no provocó la explosión de su coche. Rivero estaba dando a
conocer una investigación sobre corrupción que implica a varios funcionarios
locales, y horas antes del atentado había sido amenazada por el Director de
Cultura de la municipalidad, el señor Juan Manuel Amado.
Todos estos casos -que son sólo los que ocurrieron en
las últimas semanas- desnudan una situación cada día mas clara: la mayoría de
los aprietes y persecuciones se dan en los medios alternativos y especialmente
en el interior del país, donde se trabaja en un contexto donde la única
protección es la de nuestros compañeros y del público, que forma parte activa
en la construcción de los medios.
En esta etapa de la situación, los medios alternativos
e independientes son un fenómeno relativamente nuevo, que viene cobrando fuerza
desde hace dos años. En parte por ello, pero también porque muchos todavía confunden
el capital financiero de los medios donde trabajan con su capital social, y
creen que quién elige el camino de la información alternativa deja de ser un
trabajador de prensa. Por poner un ejemplo; los periodistas de Tercer Mundo
detenidos, que sacan una de las publicaciones mas vendidas de la Ciudad de Santa
Fe, no están afiliados -al igual que la mayoría de los periodistas de medios
independientes- a la Asociación de Prensa de Santa Fe , cosa que este
organismo se encargó de aclarar públicamente en estos días. Ni hablar de los
que hacen, como en Indymedia trabajo no asalariado.
Sin embargo, la Federación Latinoamericana de Periodistas
(FELAP), en su último congreso, reconoció y se solidarizó con el rol del los
medios alternativos. En una declaración titulada "El imperativo de la comunicación
contrahegemonica", el congreso su solidaridad con la situación
de los medios alternativos y comunitarios, y elabora una serie de propuestas.
También la asociación Periodistas y algunos sindicatos del interior del
país, han dado pasos adelante tomando casos de defensa de los medios alternativos.
Quizás haya llegado el momento, en lo que a nosotros respecta plantearnos
la elaboración de nuestras propias herramientas defensivas, de tejer alianzas
y buscar mecanismos para proteger y fomentar la actividad de los medios alternativos
e independientes. El debate está abierto, y una sola cosa es segura: no nos
van a callar.
Censura en Radio Nacional Córdoba: