Las últimas dos semanas, después del 1A, fueron un claro ejemplo del cambio al que apuntan. Los voceros del gobierno nacional y las editoriales de los multimedios se alinearon en la justificación, y avanzaron, no sólo con el ejemplo práctico, sino también con la planificación a largo plazo. En cuestión de días, reprimieron tres cortes en el marco del paro general, militarizaron la planta de AGR-Clarín para desalojar con un operativo imponente, e impidieron a puro gas y palazo limpio la instalación de una carpa educativa en Congreso. Y no sólo eso: festejaron cada caso, y anunciaron las medidas que vienen. Van a invertir en nuevas tecnologías y tácticas antidisturbios al estilo de las fuerzas de choque alemanas y la división antimotines yanqui; van a comprar equipos de dispersión y reducción, logístico e instrumental, como las sirenas de sonido LRAD o los hidrantes de espuma, para inmovilizar y detener con mayor facilidad. Enviaron civiles a infiltrarse en las movilizaciones para apuntar referentes, diálogos y funcionamiento de las columnas. El día de mañana, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich , y el secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman, se van a reunir con los altos mandos de la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura para analizar los “futuros pasos”. Leer
más | por CORREPI |