Por Léonidas Ceruti. En la Argentina, las clases dominantes han tenido desde siempre una vocación de utilizar la violencia y asesinar para resolver los conflictos sociales, económicos y políticos. Desde el genocidio de pueblos originarios y afroamericanos del siglo XIX como parte del proceso de consolidación en el poder de la oligarquía a los asesinatos de militantes populares de la democracia actual, una línea de sangre recorre nuestra historia. |