Desde el 24 de mayo del corriente, la multinacional minera Barrick Gold y el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, apresuran los papeles para la explotación de los yacimientos de Veladero y Pascua Lama. Es la fecha de la primera asamblea de "sanjuaninos auto convocados" decididos a impedir el despojo de sus recursos, la contaminación de sus aguas, la defensa de sus cultivos y la calidad de vida que precisamente no es la que ofrece la minería asociada con la industria química: dinamita a cielo abierto y cóctel de compuestos tóxicos.
Y si bien las incipientes protestas no tuvieron alcance nacional, no pasaron inadvertidas para el gobierno provincial que salió a contrarrestar la opinión de un pueblo que exige intervenir en decisiones que le competen y que determinarán su destino.
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