Más de 3.000 familias están viviendo en la ocupación de Sonho Real. Varias barricadas fueron levantadas en las entradas y hay una enorme determinación de resistir el desalojo. La prensa coorporativa de Goiânia esta silenciando los hechos y ha llevado a cabo una enorme campaña de criminalización del movimiento por la vivienda. El poder judicial presiona públicamente a la Secretaría de Seguridad Pública y a la policía militar para cumplir la orden de reintegro de las propiedades. Según el comando de la policía son 2.000 los hombres que participaron de esta represión.
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