El 24 de marzo se cumple un nuevo aniversario del golpe de estado perpetrado en 1976. Veintinueve años pasaron ya desde el momento en que las Fuerzas Armadas tomaron el poder para imponer un régimen genocida. Genocida por la desaparición forzada de personas. Genocida por la apropiación y cambio de identidad de bebés hijxs de desaparecidxs. Genocida por imponer lineamientos económicos que llevaron y llevan al hambre a millones de personas, lineamientos sostenidos por todos los gobiernos "democráticos" que sucedieron a la dictadura.
El horror fue inmenso, pero el valor de quienes no se dejaron amedrentar fue extraordinario. Todxs lxs prisioneros políticxs, hombres y mujeres, jóvenes o mayores, discapacitadxs, católicxs o judíxs, fueron torturadxs salvajemente. Aún así, la saña de los represores genocidas fue todavía peor contra algunos grupos de personas. Jacobo Timmerman y muchxs otrxs dieron testimonio de la feroz crueldad contra lxs prisionerxs judíxs. Quienes eran sometidos a tratos degradantes y humillaciones constantemente.
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