Asediado por un pueblo movilizado al mejor estilo de diciembre de 2001 en Argentina, el presidente ecuatoriano Lucio Gutierrez se ha visto obligado ayer a dejar el poder. Técnicamente, el Congreso, también bajo una fuerte presión popular, le quitó el cargo hacia las 13.30 (hora local), luego de quitar del cargo al presidente del parlamento, Omar Quintana.

En la noche del martes, las fuerzas policiales "inundaron de gas las calles los ciudadanos fueron sitiados, emboscados no se dejó salida para huir del letal gas. Entre miles de marchistas forajidos estaban niños y ancianos", relató la agencia Minga Social, a la vez que señalaba que "según datos de la Cruz roja se habló de 120 asfixiados y un periodista chileno que murió intoxicado en medio del gas lacrimógeno". Y en sucesos todavía poco claros, bandas de matones descargaron en varios puntos de Quito armas contra los manifestantes.

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