Hablar del caso de Romina no es hablar de un hecho aislado, es hablar de miles de mujeres victimizadas una y otra vez por un Estado que se entromete en lo que debería ser una libre decisión: tener o no tener hijxs. Hablar de Romina es hacer una recorrida por los interminables laberintos de la “justicia” injusta machista y opresora. Justicia que cuando se trata de hombres, habla de "crímenes pasionales" o "emoción violenta" pero cuando se trata de mujeres, y mujeres pobres, hace caer sobre ellas todo el peso sancionador del Estado.
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