Atrás quedó un salón enorme con humedad de hospital. Atrás quedó una escalera larga y desodorizada. Arriba, entre paredes con caspa de cemento, una mujer hecha sonrisa se devora al recién llegado. Un hombrecito con pantalones arremangados hasta la rodilla, la cara pintarrajeada y tres latas pendiéndole del cuello, le susurra un secreto a la sonrisa. Se trata de un Bardo Viviente que por 10 centavos te recita un poema de Giuseppe Ungaretti, por 25 uno de Óscar Hanh, y por 50 uno Alejandra Pizarnik. Ese es Tony Salazar, del Taller Ananga Ranga. Y esto es la 2da Maratón Cultural de la Región.
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