A lo largo del planeta, la presencia de un modelo busca imponerse de la manera que sea. En la guerra fría, la industria cultural occidental machacó sistemáticamente la enemistad y la criminalización del Marxismo y del fantasma del comunismo exhibiendo las peores atrocidades del estalinismo, fomentando todo tipo de reduccionismos. Caído ese enemigo aparecen nuevos miedos: el musulmán terrorista, el inmigrante, y otros diversos personajes se presentan como enemigos de la vida occidental.
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