Desde el 10 de octubre las comunidades ashuar paralizaron las operaciones de la petrolera en la región amazónica de Loreto, demandando acciones para paliar la crisis sanitaria por la contaminación del agua. Con esa medida, lograron comprometer a la empresa - de capitales argentinos - a culminar en julio del 2008 con la reinyección de las aguas de producción del lote 8, para que no sean vertidas en la cuenca del río Corrientes.

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