Sin respuestas ni muestras serias del gobierno para resolver problemas de fondo, un sector de la población se ve obligado a vivir en condiciones de hacinamiento y a la necesidad de ocupar terrenos para subsistir. Las respuestas oscilan entre el clientelismo político y la represión. El miércoles se realizaron dos tomas. Decenas de familias de Barracas y Constitución entraron a un terreno escondido detrás de la selva que había crecido en años de abandono, pero dejaron el predio tras recibir amenazas y promesas de los funcionarios. Por su parte en la villa 20 de Lugano cientos de familias ocuparon tierras en manos de la policía. Los vecinos tienen una necesidad muy clara: sea como sea, necesitan vivienda.
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