La modalidad de muerte por gatillo fácil es una práctica común de las fuerzas de seguridad. Policías de todos los rangos, jueces, abogados, testigos, peritos, todos participan amparando y legitimando esta forma de control social que se cobra la vida, en su mayoría, jóvenes empobrecidos de entre 15 y 25 años. A las familias, la justicia les ofrece el camino más largo.
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