En los últimos días la metodología del terror sobre los/as luchadores/as se ha incrementado, amparado por el
silencio impune y la desidia del Estado nacional y provinciales.
En Neuquén, donde la situación de hostigamiento, amenazas y aprietes es moneda corriente, fue secuestrado
Nicolás Montecino, integrante de El Galpón Komunidad Subkultural. Días después en Chos Malal, fue
secuestrado Ciro Guagliardo, hijo del secretario general de Asociación de Trabajadores de la Educación de
Neuquén, ATEN.
Por último, en La Plata, este viernes, 28 de septiembre, Felisa Merilar, testigo del juicio al genocida Von
Wernich, denuncio por segunda vez haber sido secuestrada, a pesar de estar bajo el régimen de protección de
testigos.
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