En medio de una caótica apertura dio comienzo el XXIII Encuentro Nacional de Mujeres con más de 5000, que se reunieron en el gimnasio polideportivo Parque Central.
El modo en que se expresaron estas diferencias - a través de gritos, silbatazos y cánticos- impidieron que se escuchara el documento de apertura. El mismo representaba ideológicamente al sector de la Comisión Organizadora integrado mayoritariamente por integrantes del PCR. Otro sector de la Comisión Organizadora, PO y PTS, decidió elaborar un documento alternativo, que finalmente no fue leído. La mayoría de las mujeres, a excepción de aquellas que conocían previamente el conflicto, no alcanzaron a comprender las diferencias planteadas.
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