El 13 de enero, por decreto, la presidenta Cristina Fernández decidió que las empresas de transporte estaban en pérdida, que no les alcanzaba con el Sistema integrado de Transporte Automotor (SISTAU) y el Régimen de Compensaciones Complementarias (RCC) y que había que ayudarlas para que no se fundieran. La mejor idea que tuvo fue aumentar los pasajes. Así los colectivos y trenes pasaron a cobrar a sus usuarios entre un 20% y un 30% más.
Los subsidios aparecen en el 2001, pero la regulación más importante se produce en el año 2002 con el Decreto Nacional 652/2002. A partir de allí se crea el SISTAU, con el cual de un coeficiente llamado “Coeficiente de Participación Federal” se destina a cada empresa una cantidad de dinero dependiendo de los kilómetros que recorre, urbanos o suburbanos, como subsidio al gasoil. La siguiente etapa importante vendrá en el 2006 con el Decreto Nacional 678/2006, en el cual se introduce el RCC, una nueva ayuda a las empresas, las cuales según el gobierno nacional no ganan lo suficiente como para mantener el servicio. Vaya paradoja en el capitalismo.
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