La guerra está en su fase mas cruel. Las imagenes de un infierno dantesco, de hombres, mujeres y niños mutilados nos llega en cuentagotas como gragueas de la barbarie nacida de las entrañas de los mas poderosos de la tierra.
Estados Unidos dice que tomó un Aeropuerto en una batalla que "no fue intensa" según la CNN. Por el contrario, el bando Iraki dice que en el aeropuerto los invasores "se encuentran totalmente rodeados y aislados".
Incluso hay reporteros independientes que dicen que el aeropuerto luce vacío y tranquilo y que todo parece ser una maniobra mediática (en ingles).
Asi es la guerra; todo lo desgarra, todo lo mezcla y lo confunde. Es dificil saber la verdad; con pequeñas piezas de compecabezas, relatos de compañeros y lecturas entre lineas, asistimos a acontecimientos que definen nuestro futuro.
Es innegable que la guerra ya está entre nosotros y que es inutil intentar negarlo. Termine como termine esta guerra, ya nada será lo que solía ser.
Aquí, tan lejos y tan cerca de Irak los hombres de Bush muestran los dientes. Amenazan, afilan las armas y nos miran de reojo.La guera no solo mata hombres, mujeres y niños; sobre todo construye poder, un poder que nos quiere aplastar a cualquier precio. En el parlamento argentino se discute una Ley Antiterrorista que, además de servir para que el ejército pueda "cumplir funciones de policía" sirve para tildar de terrorista a todo movimiento social que no se limite a simplemente llorar sus penas.
Todas nuestras experiencias mas hermosas que tenemos están hoy amenazadas por el garrote del poder. Tomar un edificio abandonado para hacer un centro social, recuperar una fábrica para mantener la fuente de trabajo o cortar rutas por trabajo son ahora declarados enemigos del orden y el derecho, cuando en realidad son manifestaciones de sectores que han decidido garantizar por sus propios medios lo que el sistema les negó; el derecho al pan y a la dignidad.
La guerra es la política llevada a su extremo mas brutal, y en esta en particular todos juegan su papel; los militares, los políticos, los medios. Y lo hacen en las puertas de Bagdad y en nuestra propia casa.
¿Estamos nosotros dispuestos a jugar el nuestro?

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