Durante los últimos días hemos asistido al despertar de un proceso social que abre nuevas perspectivas en nuestra sociedad. Sin ningún lugar a duda, el movimiento estudiantil secundario ha irrumpido de forma histórica y con un nivel de vehemencia que merecerá de parte del campo popular varios análisis y seguimiento de cerca para comprender su rumbo.
Como sociedad, una vez más hemos visto el trabajo lamentable de los medios masivos de comunicación que, más allá de la cercanía o lejanía del gobierno K o del grupo Clarín, se tomaron la tarea de ningunear, menospreciar y denigrar a lxs estudiantes en lucha. Esto ha dejado en claro que el verdadero problema esta más allá de la propiedad de los medios, y se centra en el rol y a quien responden cada uno de ellos.
Los medios construyen realidades, pero los movimientos sociales pueden destruir fácilmente los discursos tan bien preparados desde las usinas del poder. Es esa acción de los movimientos la que le quita capacidad de manipulación y maniobra a los dueños del discurso. Y llevan a plantar socialmente las contradicciones básicas que se dan en el marco de un conflicto.Leer artículo completo

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