En el juicio por el asesinato de Natalia Pepa Gaitán, no sólo es Daniel Torres quien está sentado en el banquillo de los acusados.
Como en muchos otros juicios históricos, la presión del activismo, de lxs familiares de Pepa, y de lxs muchos que se sintieron implicadxs, lograron romper el silencio, sacudir la burocracia e instalar públicamente y en los tribunales a la lesbofobia como un mecanismo generador de violencia. Leer artículo completo.
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