En la madrugada del viernes 7 de octubre, en el Barrio San Alberto -La Matanza, Provincia de Buenos Aires- cinco personas ingresaron al domicilio de Daniel Farella, quien hace 6 años es delegado de la línea 60 de colectivos, que pertenece a la empresa MONSA, propiedad de DOTA.
Allí, la patota maniató con un cable de computadora y amordazó a la nieta de Farella, quien no estaba en su domicilio. La joven, de tan sólo 15 años, sufrió torturas psicológicas y amenazas con armas de fuego y un cuchillo. Relatando lo sucedido, la nieta del delegado afirmó que las personas a través de teléfonos celulares “hablaron con gente de afuera. Parecía que recibían órdenes”.
En un comunicado de prensa, los trabajadores de la línea 60 aseveraron que “mientras le pegaban, le dejaron un mensaje patotero: que todo esto es por la lucha que Daniel Farella mantiene contra DOTA”, al tiempo que anunciaron un paro de actividades desde las 15:00hs, medida que se extendió hasta las 20:00hs.
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