(Agencia de noticas Pelota de Trapo). Los Cirigliano, dueños de TBA, se llevaron del Estado nacional –que reparte alegre y generosamente a los poderosos y cierra la puerta en las narices de los pequeños- 106,3 millones de pesos en los dos meses anteriores a la masacre de Once para mantener rodantes los cajones de fierro oxidado que bufan a veinte por las vías. TBA usó parte de esos fondos para comprar dólares y para colocaciones financieras que les multiplicaron las ganancias. Esa plata que tenía que mejorar locomotoras, comprar vagones, reparar los frenos, abrir las ventanillas, colocar ventiladores, cambiar butacas, pero no valía la pena dilapidar tanto dinero en esa turba de carne picada que de todas maneras iba a viajar, porque necesita pasaje barato y entonces que aguanten.
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