El
cardenal argentino Jorge Bergoglio fue electo como en el nuevo Papa, bajo el
nombre de Francisco I. Desde distintas organizaciones y espacios sociales se
recibe de forma crítica la noticia de su nombramiento, tanto por los antecedentes
del arzobispo en particular, como por el entendimiento de que la jerarquía de
la Iglesia profundiza su rumbo ultraconservador y hostil a las libertades civiles.
Además, advierten sobre su rol político en una América Latina cruzada por profundos
conflictos y procesos sociales de cambio.
Uno de los más importantes cuestionamientos pasa por la acusación de que Bergoglio ha entregado jesuitas a la dictadura genocida. Uno de los religiosos secuestrados por el régimen, Orlando Yorio, lo señaló como “entregador”.
Más información en Sección Internacionales