Córdoba
dejó al desnudo la fragilidad de los equilibrios sociales, sostenidos
a duras penas por la pata represiva del Estado. Cuando esta pata se repliega
y desaparece el Estado mismo desaparece. El contrato social desaparece.
Y las furias colectivas salen en desafuero, a mezclar la rabia de la desigualdad,
el fogoneo interno de la política, el aprovechamiento de la delincuencia
común y las facturas narco a un Estado al que va invadiendo como las raíces
del palo borracho en los mismísimos cimientos de la casa. Por Silvana
Melo y Claudia Rafael (APe).
Además: RATIFICAN QUE LAS VIOLACIONES
FUERON PARTE DEL PLAN SISTEMÁTICO DE LA DICTADURA / ACTO POLÍTICO
CULTURAL EN LA ESMA EL SÁBADO 14
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Derechos Humanos
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