A doce años de la masacre de Avellaneda, concluyeron ayer las actividades programadas para los días 25 y 26 de junio, con un fuerte reclamo de condenas efectivas para los autores materiales y de enjuiciamiento y condena a quienes planificaron y dieron las órdenes para la represión que el 26 de junio de 2002 terminó con el asesinato, en manos de la policía, de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. En el documento, consensuado por las más de cincuenta organizaciones convocantes y leído por los integrantes de la Asociación de ex Detenidos Desaparecidos Carlos Lordkipanidse y Cachito Fuckman, las organizaciones apuntaron una vez más contra los responsables políticos de la masacre que continúan impunemente ocupando distintos espacios dentro y fuera de las filas del oficialismo, así como también contra los medios masivos de comunciación que fueron cómplices de la mentira e intentaron instalar el discurso de que las muertes de Darío y Maxi habían sido el resultado de un enfrentamiento entre manifestantes. El documento contó también con la denuncia contra la ley anti piquetes y la ley antiterrorista, el repudio a hechos de represión, persecución y criminalización de la protesta social, y el apoyo a las luchas contra las políticas de ajuste.

“Hoy, este 26, como todos los 26 de junio, veo distintas corrientes, distintos pensamientos, pero también es importante que sepamos que no únicamente los días 26 de junio nos tenemos que juntar. Nos tenemos que juntar todos los días, compañeros. Todos los días para demostrar, y aprender de una vez por todas, que es un solo puño el puño que nosotros tenemos que levantar, y que si estamos todos juntamos y pegamos fuerte a este gobierno de mierda y a la justicia, va a ser la mejor manera de que una vez por todas logremos lo que tenemos que lograr: justicia para todos, seguridad, educación... todo por lo cual lucharon nuestros hijos”, sostuvo desde el escenario el padre de Darío, Alberto Santillán.

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