El 22 de agosto de 1939, Hitler confiaba a los jefes de sus ejércitos que pretendía sembrar la muerte entre la población civil polaca, antes de añadir: “Después de todo, ¿quién habla hoy de la aniquilación de los armenios?”. En efecto, tras los procesos intentados por Estambul contra los principales responsables de las políticas de exterminio, bajo presión de las potencias victoriosas, entre 1919-1922, el genocidio armenio cayó rápidamente en el olvido. Desde la fundación de la Turquía kemalista en 1923, la versión oficial de Ankara no ha variado: los armenios cayeron víctimas de los rigores de la guerra, de epidemias fatales y de actos de violencia aislados. Por tanto, el Estado otomano no tuvo ninguna responsabilidad en esta hecatombe. Además: LA FRONTERA SUR DE EUROPA, LA MÁS MORTAL DEL MUNDO / GUILLERMO ALMEYRA: HAY UNA NUEVA SITUACIÓN QUE TRABA LAS MANOS DEL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO / COLOMBIA: QUIEREN IMPONER LA GUERRA SOBRE LA POSIBILIDAD DE CONCRETAR LA PAZ CON JUSTICIA SOCIAL Más información en Indymedia Internacionales |