El canciller Bielsa recibió esta semana a los padres de los dos jóvenes turistas detenidos en Brasil por pagar en un supermercado con 100 dólares falsos. Al ritmo de la frivolidad del verano, el funcionario tomó cartas en el asunto, que consideró "prioritario".
La defensa de los hijos de la fantástica clase media argentina se volvió una cuestión de estado, o "de primer nivel diplomático", ya que –según sus propias palabras- el Estado argentino encaró una "manifestación política" para liberar a los detenidos.
Una noticia, sin embargo, pasó desapercibida: parece que no todos los presos son iguales. En General Mosconi, provincia de Salta, diez desocupados de UTD (Unión de Trabajadores Desocupados), están detenidos desde finales de noviembre. Se los acusa de haber saqueado e incendiado la sede de la petrolera Tecteprol (Techint) y de Refinor (Repsol) durante una revuelta popular.
Claro, los presos de Brasil son sus presos, y -sobre todo- una buena historia al ritmo del verano. Los de Mosconi, los nuestros. Y su historia es la de todos y cada uno de nosotros.
Marchas este lunes por la libertad de los piqueteros salteños:
Convocatoria en Buenos Aires. 16 hs. Avda. de Mayo y 9 de Julio.
Convocatoria en Comodoro Rivadavia