El 2014 cerró con un escenario de relativa calma en el plano sindical. El
Gobierno había logrado descomprimir en diciembre la presión de la dirigencia,
combinando la exención de Ganancias del medio aguinaldo y las acusaciones
de desestabilización. Aprovechando la sensación térmica, el Ministro de
Trabajo, Carlos Tomada, declaró en febrero con cierto grado de optimismo
que preveía “paritarias tranquilas” para 2015 por la “desaceleración de
la inflación”. También se estableció la pauta salarial que pretendía generalizar
el gobierno: declamada de un 25%, estirable a un 30% en determinadas y zigzagueantes
circunstancias, una de las más importantes, que se haga discretamente. Lejos
de la pretensión gremial de recuperar el deterioro de los sueldos durante
2014 y cubrirse por una futura suba de precios.
Además: ACTOS DEL 1° DE MAYO,
DÍA INTERNACIONAL DE LAS TRABAJADORAS Y LOS TRABAJADORES
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