El bloqueo contra la fábrica de la multinacional continúa de pie.
Las libélulas vuelan y se concentran mucho durante el verano. Se las ve
pulular en los días muy cálidos. Se hacen notar cuando es de día. Pero cuando
llega la noche, son difíciles de ver. Pero se las escucha cantar. Y cuando
son muchas, el chirrido se pone muy potente. Libélulas como esas se hacen
ver en los períodos de verano dentro del bloqueo contra Monsanto, cerca
de la ciudad de Malvinas Argentinas. Este verano no fue la excepción. Ya
para entonces, habían pasado tres días y medio de la notificación de desalojo
que recibieron el 30 de diciembre, cerca de las doce del mediodía. “La verdad
que recibí dos invitaciones para ir a vacacionar al río. Pero prefiero quedarme
acá, en el acampe”, señala una de las que está presente, quien se vino desde
Rosario de Santa Fe. Junto con otra compañera, habían arribado al bloqueo
por la noticia de un posible desalojo violento en el lugar.
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