Monsanto intimó a la Red de Médicos de Pueblos Fumigados a que desmienta el vínculo denunciado entre esta multinacional de agrotóxicos y la empresa japonesa Sumitomo Chemical que comercializa Sumilarv, un larvicida a base de piriproxifeno que en Brasil se adicionó al agua que toman las personas de los pueblos y barrios más pobres del Nordeste y que generó la sospecha de que este veneno podría estar vinculado a los casos de microcefalias y malformaciones neurológicas congénitas presentes en esa región.
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