La pregunta decisiva, ante la crisis brasileña, debería ser: ¿por qué los
grandes empresarios que habían apoyado a Lula y a Dilma rompieron con los
gobiernos del PT y lanzaron una potente ofensiva hasta conseguir la destitución?
La ofensiva de la derecha brasileña contra la presidenta Dilma Rousseff
fue producto de un viraje abrupto, a consecuencia de la intensificación
de las luchas de clases, en particular de los pobres, negros y habitantes
de las favelas. Para dilucidar esta hipótesis es necesario reconstruir lo
sucedido en los años pasados. Los hechos dicen que el punto de inflexión
en la tolerancia de la burguesía sucedió en 2013. Con la distancia del tiempo
es posible mostrar la confluencia entre diversos sectores de trabajadores
y de jóvenes en una coyuntura que permitió dar un enorme salto cualitativo
en la capacidad de movilización de los sectores populares. Para ello veremos
tres hechos: las movilizaciones de junio de 2013, el alza notable de las
huelgas y la creciente organización de los diversos abajos. Por Raúl
Zibechi.
Además: SALVADOR ZUÑIGA CÁCERES,
HIJO DE BERTA CÁCERES: FALTA MUCHO PARA UN PROCESO DE JUSTICIA
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