La ofensiva incluye además una renovada búsqueda de la destrucción del movimiento cooperativo. Al veto presidencial de la expropiación del Bauen se le suma ahora un nuevo intento de desalojo. Un antecedente de lo que puede llegar a ser una verdadera batalla campal se dio este jueves con el desalojo de la Ex Petinari, donde Vidal montó un operativo de 600 efectivos para ahogar cualquier posibilidad de respuesta de los obreros. Un día antes, el 1º de marzo, el presidente había montado otro operativo desproporcionado de 5000 efectivos en el Congreso de la Nación para evitar protestas en su contra, lo que tampoco logró. El ataque mediante asfixia represiva parece ser una táctica favorecida de aquí en mas por un gobierno que mientras se debilita políticamente radicaliza su agresión contra la clase trabajadora.

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