El 9 de septiembre de 2016, David Ramallo, mecánico de la Línea 60, intentaba reparar una unidad cuando cedió el elevador y fue aplastado por el peso del colectivo, lo cual le provocó la muerte. Los delegados ya habían denunciado la negligencia de la empresa Monsa, cuyo presidente intenta instalar una campaña contra los trabajadores tildándolos de "violentos". Desde el Cuerpo de Delegados afirman: “las acciones de «los violentos» a las que hace referencia no son más que la reacción de los trabajadores tras ver morir a su compañero y ser burlados por los empleados jerárquicos, quienes no asistieron a David ni facilitaron los medios para rescatarlo de la tragedia”. Más información en Indymedia
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