Por valeria flores
abril del 2010 – neuquén – argentina
Cada vez que nos insultan por nuestro deseo, Natalia *.
Cada vez que el silencio cerca nuestras palabras, Natalia.
Cada vez que nos mandan al psicólogo, Natalia.
Cada vez que prefieren nuestra ausencia, Natalia.
Cada vez que nos dan la espalda ante nuestro beso, Natalia.
Cada vez que sienten asco por nuestro cuerpo, Natalia.
Cada vez que nos desean la muerte, Natalia.
Cada vez que tenemos que explicar por qué lo decimos, Natalia.
Cada vez que el planeta gira sobre un eje que nos desconoce, Natalia.
Cada vez que nos golpean para enderezarnos, Natalia.
Cada vez que el miedo se apodera de nosotras, Natalia.
Cada vez que nos expulsan de los hogares, Natalia.
Cada vez que nos encierran en las casas familiares, Natalia.
Cada vez que nos indican cómo vestirnos, Natalia.
Artiulo Completo
Imagen: Cuadro "Mujeres Enamoradas" de Enrique Alvarez Aldana
“Los privilegios necesariamente generan responsabilidades” |
“No nombrar, no decir, entonces mentir…” |
“¿Con qué cuerpo se aguanta este dolor?” |
Por Gabriela Adelstein/Buenos Aires Salir del closet no tuvo para mí ninguna consecuencia negativa. La gente que me rodea (mi familia, mis amigxs, mis compañerxs de trabajo) ni siquiera se sorprendió. Articulo Completo |
Por Paula Heredia/ Santa Fé Mi experiencia de salida del closet fue muy dolorosa. Cuando asumí que era lesbiana, no me animaba a decir la palabra lesbiana, con el tiempo fui descubriendo que decir que era gay, no me identificaba y fui tomando fuerza en mi coraje, más que nada, porque todo era coraje. Articulo Completo |
Por Macky Corbalán/ Neuquen “En el fondo de todo, hay un jardín” (Olga Orozco) |
La madre de mi novia |
Salir del closet |
“Aparecer como lesbiana tiene diferentes sentidos y costos” |
Por Gabriela Lorenzo/ Villa Constitución/ Santa Fe Enamorarme de una mujer fue una experiencia que debí silenciar, acallar, ocultar. Articulo Completo |
Por
Sandra Escobar/Buenos Aires
Salir del closet. Asumirse. Visualizarse. No es lo mismo. No lo fue al menos en mí ni para mí. Cuando me piden que piense acerca de mi salida, me ocurre que encuentro este destiempo de vaivenes y de se reflejos. Articulo Completo |
Por Verónica Marzano Activista lesbiana feminista/ Buenos Aires Aparecer como lesbiana tiene diferentes sentidos y costos dependiendo del contexto donde una lo haga. En mi experiencia, visibilizarme como tal en mi círculo íntimo: madre, amigas, hermana fue una acción inevitable dirigida por la necesidad de seguir formando parte del tramado de historias comunes que forman nuestro álbum familiar. Hoy nuestro álbum se enriquece con historias lésbicas. Articulo Completo |
La lesbofobia Mata |
||
Por Gabriela Lorenzo/ Villa Constitución/ Santa Fe Esta realidad, al menos la realidad de algunas mujeres lesbianas de Argentina, de clase cada vez más pobre, se parece bastante a una película de terror de esas que te tienen en el filo de la silla todo el tiempo. En esas ficciones las protagonistas, van de sobresalto en sobresalto y cuando intentan descansar, porque todo parece en calma, se encuentran con el asesino y todo el miedo vuelve a empezar. 9 de abril de 2010 Buenos Aires. Se casan dos mujeres de 67 años. Los medios de comunicación hacen algunas referencias al tema. Dos mujeres grandes, sin el consabido estereotipo de lesbiana top, aparecen por unas horas en la tv y en los diarios. Un suspiro, un escalón más en escalera de los logros, un descanso, un sí quiero, un sí puedo. Articulo Completo |
||
Natalia Gaitán, ¡presente ! | ||
Por Ernestina Arias/Periodista/Buenos Aires Cuando era niña, 5 o 6 años, yo ya sabía que las mujeres me gustaban. Y me enamoraba. Como no me pareció "malo", porque me habían enseñado a "amar al prójimo como a ti mismo", continué con mis "enamoramientos". Pero claramente con el tiempo me di cuenta de que los mandatos sociales y culturales no eran precisamente "amar a la prójima" si eres mujer. Durante el resto de la niñez y la adolescencia mis dias transcurrieron entre libros, potreros, tangos, zambas, barrio suburbano, cuidar hermanitos y estudiar mucho. Mi gusto por las mujeres creció a la par del gusto por los hombres. Y luego la juventud, las salidas, la "facu", me hicieron conocer más y más gente. Hasta que apareció Ella. Ella era una compañera de facultad que me encandiló con su sonrisa y su adorable forma de ser. Me enamoré de Ella y estaba feliz de sentirme asi, tan maravillada y maravillosa, tan en las nubes, tan especial al verla. Articulo Completo |
||
“Con miedo me acepté como lesbiana” |
||
Por Mili /Tucumán Salí de un colegio cheto, religioso y privado. Me críe en una familia “bien”, en una ciudad residencial, con un grupo de amigas y amigos “bien” y de “buenas familias”, nunca fui rebelde, era buena alumna y buena hija. En mi casa nunca “mamé” ninguna ideología política o siquiera ideas revolucionarias. Nunca me falto nada, mi familia no era "ejemplar", primero por que no existen, segundo por que a la edad de 10 años mi mamá y mi papá se separaron, de ahí todos los pequeños traumas que una puede tener, y debidos procesos, pero nunca me faltaron límites ni amor. Siempre tuve amigas, vacaciones en la playa y Tafi del Valle. Tuve misa de 15 y confirmación. Se inglés y rendí bachillerato internacional, fui a Disney a los 10 años, aunque no a los 15. Nunca fui consumista, aunque para ser sincera Levi´s siempre fue mi marca favorita por el solo hecho de ser Levi´s, y tengo algún tipo de fetiche con los zapatos de taco alto y anteojos. No solía hablar de mis problemas ni de mis sentimientos, para no molestar, me descargaba conmigo misma. Estuve enferma como a los 20 años, me odiaba la gran parte del tiempo porque mi cuerpo y mi persona no correspondían al estereotipo de mujer querible, y me sometía a mil sacrificios con tal de ser “aceptada” en esta sociedad de mujeres flacas y poco pensantes. Reaccioné a tiempo, y aún me quedan neuronas. Articulo Completo |
||
“Si juntas gritamos tortillera se acaba el miedo, la muerte y el silencio” |
||
Por Ileana Dell’Unti Malas Como Las Arañas –Lesbianas Feministas. Recuerdo toda esa bronca por querer existir en un mundo negado. La sensación de no pertenecer a ningún lado y de no encontrar alfabeto para explicar mis sensaciones y mis sueños. Recuerdo despertarnos completamente empapadas de transpiración y no querer entender el lenguaje que nuestros cuerpos ya estaban hablando. Recuerdo el deseo en tu mirada y mi sonrisa inevitable. Recuerdo el rastro que deja la estela de la mentira, recuerdo negarte y negarme, los silencios, las horas en las que hacíamos y deshacíamos el amor en el cuarto en donde el mundo era solo nuestro y nuestras pieles eran suficiente comida. Recuerdo que con el tiempo, las paredes del único mundo que teníamos tiñeron al amor de asfixia. Articulo Completo |
||