Celina Benítez, de 22 años, está detenida, acusada de abandono de persona, porque su pareja abusó y mató a su beba de casi dos años mientras ella estaba trabajando. El asesino de la beba apareció ahorcado en su celda. Celina había dejado a su beba al cuidado de su padrastro, cuando llegó encontró a su hija en muy mal estado. La llevó inmediatamente al Hospital Hugo Meisner en Derqui. La niña fue atendida por los médicos, quienes comprobaron lesiones en genitales, mordeduras y golpes de vieja data. Rápidamente realizaron la denuncia a la policía. La responsable de esta acusación es la fiscal titular de la Unidad Funcional de Instrucción de Violencia de Género de Pilar, Carolina Carballido Calatayud. Quien debería realizar sus investigaciones desde una perspectiva de género, es en cambio ejemplo de la justicia machista y patriarcal que criminaliza a las mujeres, sobre todo si son pobres. La fiscal Carballido ya protagonizó una acusación similar, en 2013, contra la joven Yanina González por abandono de persona. En esa oportunidad la victima fue su hija, la pequeña Lulú a manos de su ex pareja (quien continúa en libertad hasta el día de hoy). Yanina finalmente fue liberada gracias a la movilización de organizaciones de mujeres, partidos políticos y movimientos sociales. Diferentes organizaciones solicitan que se investigue a la fiscal por su accionar discriminatorio contra las mujeres víctimas de violencia de género. La fiscal Carolina Carballido Calatayud debe responder por una multiplicidad de arbitariedades. Otro caso es el que padeció la joven Jacqueline Chañy, quien denunció por violación de su pequeña de 4 años a Ricardo Malvino, su ex pareja y padre de la niña. Las pericias médicas practicadas tras la denuncia indicaron que la niña presentaba “lesiones compatibles (...) con la penetración incompleta de un pene humano”. Inmediatamente realizó la denuncia ante la Unidad Funcional a cargo de la fiscal Carballido. Pero allí empezaron sus desventuras con la justicia. En un giro absolutamente irregular, la justicia separó los expedientes de abuso sexual y régimen de visitas, ordenó el allanamiento de la vivienda de Jacqueline “por una supuesta revinculación con el padre” y le arrebataron a su hija para entregarla en tenencia al presunto abusador sexual. Sólo luego de la denuncia desesperada de Jacqueline en los medios de comunicación, se retrocedió en la medida. Los casos de Yanina y Celina no son los únicos en que las madres son revictimizadas luego de sufrir la violencia femicida. En la provincia de Misiones está detenida Victoria, de 22 años, acusada también de abandono de persona. Las mujeres acusadas de abandono de personas casi siempre son pobres y vulnerables. Casos como los de María Ovando, Victoria Aguirre, Yanina González, Celina Benítez se repiten continuamente. Estas mujeres no sólo deben enfrentar la criminalización por parte de la justicia, sino también la estigmatización social que las señala como responsable por acción u omisión de la muerte de sus hijos. La pregunta que surge es ¿por qué se responsabiliza a las madres cuando los responsables de las muertes son varones violentos? Esto demuestra que en nuestro país estamos muy lejos de una justicia libre de prejuicios y aún mas lejos de aquella consigna que sonó por todos los rincones del país: “Ni una mas”. |
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