Todas estas muertes duelen, pero el travesticidio de Diana Sacayán, duele tal vez un poco más, porque ella era una compañera de lucha. Ella más que nadie sabía en su propio cuerpo sobre la violencia institucional, la violencia machista, la violencia de clase. Se entregó a la lucha de manera incansable pero su lucidez y su conocimiento de la brutalidad patriarcal no fueron suficientes para escapar a una muerte violenta. Diana fue encontrada sin vida en su departamento del barrio de Flores. Más de 1.000 personas se concentraron en la plaza para luego marchar hasta las puerta de su edificio exigiendo justicia por su asesinato y también para despedirla. Al grito de “Señora, señora no sea indiferente se mata a las travestis en la cara de la gente” o “Diana Sacayán presente, ahora y siempre” modificaron la comercial Avenida Rivadavia. Articulo completo |
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