La medida tuvo un importante acatamiento entre los gremios estatales y también entre algunos privados, como ocurrió en varios medios de prensa de Buenos Aires. En esta ciudad, la concentración fue a las 17 horas en el Obelisco y de allí se marchó a la Plaza de Mayo. Bajo una lluvia constante y de a ratos intensa, la manifestación fue histórica por su masividad. Cuadras y cuadras de mujeres y varones vestidos mayoritariamente de negro desbordaron bajo el agua las calles del microcentro porteño para decirle basta a la violencia machista. Entre decenas de organizaciones, se hicieron presente las “Madres víctimas de la trata”, quienes sostienen que “Los prostíbulos son centros clandestinos de violaciones”. Silvia tiene dos hijas, Milagros y Ludmila, y ambas son víctimas de la trata. Consultada por la periodista Liliana Giambelluca, considera que “la violencia de género es un problema que nos abarca a todos porque hay que concientizar al macho argentino, al golpeador, al prostituyente y al violador que a las mujeres se nos debe respetar. Nosotros siempre decimos, ni una menos pero ni una más en los prostíbulos”. Cuenta que se organizaron hace un año y tienen la sede en el barrio de Constitución de la ciudad de Buenos Aires. La casa fue un lugar de trata de personas y prostitución infanto-juvenil y hoy es un espacio de memoria a las víctimas desaparecidas. En Plaza de Mayo se leyó un documento donde se indicó que la violencia
que sufren las mujeres “exige una respuesta múltiple” por parte del conjunto
de la sociedad porque “a los poderes del Estado y a todas sus instancias
(nacional, provincial, municipal), sólo se los hace actuar bajo presión
social, impulsada desde abajo”. Se criticó la desigualdad que el sistema
económico le asigna a la mujer con relación a los hombres y se instó “a
construir una sociedad sin machismo”. Finalizada la lectura del documento,
se aclaró que “Estamos de luto, pero estamos en lucha”, por lo que se
pidió “un minuto de silencio por las que no tienen voz”. A las 19:30 comenzó
la desconcentración al grito de “Ni una menos. Vivas nos queremos”.
|