Alrededor de cien personas se congregaron el pasado viernes 2, para escrachar la sede de la marca de ropa Montagne en Capital Federal. Los manifestantes acusan a la empresa de contratar talleres de costura donde se utiliza mano de obra esclava. En las misma situación estarían la marca de camperas Lacar y la de ropa de hombre Rusty.
Los manifestantes, en su mayoría inmigrantes bolivianos que fueron traidos al país engañados por los talleristas, pegaron sobre la fachada de la empresa decenas de remitos que certificaban lo denunciado. En cada uno de ellos, estaba escrito el nombre de Juan Carlos Salazar, dueño del taller donde muchos de los trabajadores habian sido esclavizados.
Noemí, una mujer de 30 años que estuvo encerrada con su familia en el taller que regenteaba Salazar, explicó que allí las jornadas de trabajo eran “desde a 7 de la mañana hasta la 1 del otro día”, de lunes a sábado, tiempo en el que ella y su marido, junto con sus dos hijos, pernanecian encerrados en la pieza donde trabajaban y dormian.